martes, 17 de julio de 2012

Jardinillos

Este es el final (o el principio) del recorrido. El palomar de los Jardinillos

Esculturas

En algún momento Palencia empezó a llenarse de esculturas de todo tipo: a la manera de Degas, el monumento al maestro...

Sin palabras

Puede que después de tanto caminar, necesitemos reponer fuerzas

Peatones

Al final de la calle

Vaciados especiales

Otro escaparate pintoresco

Arnica y regaliz

La Calle Mayor conserva junto a algunas grandes cadenas comerciales, establecimientos "de toda la vida"

¿tomamos un café?

Atlas en Alaska

El Atlante vigila pacientemente la terraza del Alaska

Alaska en Palencia

Lo mejor de la Calle Mayor: la terraza del bar Alaska

Institutrices

Cerca del casino, en la misma Calle Mayor, un antiguo colegio y asilo de institutrices. Con ese regusto historicista propio de Jerónimo Arroyo

Casino y vermut

No podía faltar en la Calle Mayor un casino, de vermut y carajillo.

Un estudio de arquitectura

El antiguo estudio del arquitecto Jerónimo Arroyo sigue en pie en la Calle Mayor

Calle Mayor

Ruinas de lo que fueron

La calle Mayor

Además del río, la calle Mayor es el segundo eje que vertebra la ciudad. A pesar de algunos desmanes arquitectónicos, todavía conserva el aire provinciano y modernista que fascinó a Bardem para filamr parte de su película Calle Mayor.

Ojivas y rosetones

San Francisco también es testigo de ese glorioso pasado medieval. Hasta hace poco tenía un sacerdote con la misma vocación de predicación que los antiguos franciscanos, arrastraba masas a misa de una.

Armas y fe

Si cruzamos por uno de los puentes más modernos, nos sale al pase una gran torre defensiva gótica que es la Iglesia de San Miguel, prueba de que hubo mucha ciudad antes del siglo XIX

¿un café?

Un café en medio de una isla

La isla dos aguas

Y siempre está el río, acompañando a la ciudad ,infiltrado en sus parques.

Viena en Palencia

El arquitecto Jerónimo Arroyo fue de viaje de novios a la Viena de principios de siglo y volvió enamorado del modernismo de la Secesión Vienesa. Hoy es el instituto más antiguo de la ciudad que se asoma a un gran parque llamado "El Salón de Isabel II". Toda una declaración de intenciones del papel de la ciudad en el siglo XIX.

Farolas modernistas

Una ciudad con vocación modernista

El puente de hierro

Puentes de hierro con nombre de cacique del siglo XIX

Puentecillas

Puentes medievales

Un río en la ciudad

Y al otro lado de la catedral, el río Carrión, hijo del Pisuerga.

La plaza de la Inmaculada

Las guías la llaman la "Bella Desconocida", a mi siempre me ha parecido uno de esos barcos varados en tierra

Las alas del pecado

Pocas alas para tanta fiera

¿Una foto?

Aunque no lo parezca esta es vecina de la anterior. Veleidades de esos arquitectos historicistas de principios de siglo ¡cuánto mal hizo Violet le Duc al mundo de la restauración!

Piedra y muerte

Hasta las cigüeñas la temen...

Arbotantes desde el quinto piso

Antenas parabólicas y tejados al atarcer

Cigueñas y gárgolas

Al atardecer, en la catedral, no queda gárgola ni pináculo sin cigueña

Desde mi casa

He decidido mostraros mi ciudad. No es exactamente un recorrido turístico ni sentimental mas bien una receta para conjurar la melancolía del estío. La primera foto es exactamente lo que veo desde el balcón de mi habitación: el cielo desde un convento de clausura